martes, 6 de marzo de 2007

El último tango en París


- No sé cómo te llamas.

- No tengo nombre.

- ¿Quieres saber el mío?

- No, no, no me lo digas. No quiero saber tú nombre. Tú no tienes nombre, ni yo tampoco tengo nombre. No hay nombres, aquí no tenemos nombre.

-Estás loco.


- Es posible que lo esté, pero no quiero saber nada de tí, no quiero saber dónde vives, ni de dónde eres. No quiero saber absolutamente nada de nada. ¿Has comprendido?

- Me asustas.


- ¿Porqué odias a las mujeres? ¿Qué te han hecho?

- Verás... las mujeres o bien se emperran en saber quien soy o en que yo no sé quién son ellas y resulta muy aburrido.


- Preciosa mía. Siéntate delante de mí, quiero recordarte siempre como estás hoy. ¡Camarero, champán! Si la música es el alimento del amor, que siga sonando. Dime ¿qué te pasa?

- Se acabó.

- ¡Oh! ¿Qué ocurre?

- Se terminó.

- ¿Qué se terminó?

- No volveremos a vernos nunca más.

- Eso es ridículo. Ridículo del todo.

- Te hablo en serio.

- Ratita asquerosa.

- Se acabó.

- Mira, cuando algo se acaba, vuelve a empezar.

- Voy a casarme. ¡Déjame! Se terminó.

- ¡Oh, Dios! Lo nuestro no ha sido una simple aventura en el metro.

-Se acabó.

2 comentarios:

. dijo...

Que buenoo!! que me habises de tus post "antiguos" de las pelis!! GRACIASSS!!!... es que a veces recorriendo tu blog..me entretengo con una cosa..leyendo..y bueno...después no sigo...jeje...Viste qué buena peli?? me encantó!! y la parte del díálogo, cuando se encuentran en el dpto...iba a poner ese video...pero bueno...me pareció más interesante..el que puse ahora! jaja..¡besotes! y gracias por tu aviso!!

Alfredo dijo...

Sin duda una película fantástica, escandalosa para la época y con un Brando en plenitud de facultades. Una historia de pasiones, desoladas y desoladoras en un apartamento vacío y en la que el sexo llega a ser agónico y final trágico, el único posible para unos seres que están más allá de la frontera de la que todo regreso es casi imposible.

Gracias.