jueves, 14 de junio de 2007

Sueños de seductor (Play it again, Sam. Woody Allen, 1972)

- No quiero pensión alimenticia, puedes quedarte con todo, sólo quiero ser libre.
- ¿No deberíamos discutirlo?
- Lo hemos discutido ya cincuenta veces. Es inútil.
- ¿Por qué?
- No lo sé. No soporto el matrimonio, no te encuentro nada divertido, no me siento atraída por ti, no me interesas físicamente. ¡Oh! Por lo que más quieras Allan, no lo tomes como una cosa personal.
- No lo tomaré como cosa personal, simplemente me mataré y listo

Nancy (Susan Anspach) y Allan (Woody Allen)

- Convertiré esto en un night-club. Ya verán las chicas que traeré aquí. Ya verán: bailarinas, trapecistas, ninfómanas, protésicas dentales…

Allan

- ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo ser un tipo frío? ¿Cuál es el secreto?
- No hay ningún secreto, muchacho. Las mujeres son muy simples. No he conocido a ninguna que no comprendiera lo que significa una bofetada en la boca o una bala del 45.

Allan (Woody Allen) y Bogart (Jerry Lacy)

- ¿Quieres una aspirina también?
- ¡No!
- ¡Oh! Si me las he acabado todas. ¿Quieres Darvan, Linda?
- Bueno, sí. Mi psiquiatra ya me dijo que tomara Darvan cuando tuviera jaqueca.
- Yo también tenía jaquecas, pero me las curó mi psiquiatra. Ahora cojo unos resfriados enormes.
- Yo sigo con las jaquecas pero es debido a la tensión.
- Según mi psiquiatra, para ponerme bien del todo necesito una lobotomía.
- Yo, cuando el mío está de vacaciones, me pongo a morir.
- ¿Porqué no os casáis y vivís en un hospital?
- ¿Quieres agua tónica con el Darvan?
- ¿No tienes zumo de manzana?
- Zumo de manzana y Darvan. Estupenda combinación.
- ¿Has probado el Librum con zumo de tomate?
- Yo no, pero otro neurótico amigo mío me ha dicho que es algo increíble.

Allan, Dick (Tony Roberts) y Linda (Diane Keaton)

- ¿Sabes una cosa? Creo que has invertido los papeles, muchacho. Es ella la que tiene que oler bien para ti. Y no se te ocurra decirle que no bebes, podría tomarte por un boy scout. Y no te pongas nervioso, al fin y al cabo lo único malo que puede pasarte es que resulte ser virgen o policía.
- Con mi suerte será las dos cosas.

Bogart y Allan

- Es un Jackson Pollock precioso.
- Si que lo es.
- ¿Qué le sugiere a usted?
- Ratifica la absoluta negatividad del Universo. El odioso vacío solitario de la existencia. La nada. El predicamento del hombre dedicado a vivir una desierta eternidad sin Dios, como una diminuta llamita que relampaguea en un inmenso vacío donde sólo hay desperdicio, horror y degradación, formando una inútil camisa de fuerza que aprisiona un cosmos absurdo.
- ¿Qué haces el sábado por la noche?
- Me voy a suicidar.

Allan y una desconocida

- Unos tipos se pusieron un poco pesados con Julie y tuve que darles una lección.
- ¿Y estás bien?
- Sí, muy bien. Le aticé con la barbilla al puño de uno y al otro le golpee en plena rodilla con la nariz.
- ¿Dónde está Julie?
- Se ha ido con el más alto. Creo que se van a casar. Ahora estarán camino de México. De todos modos, no había nada que hacer, ella es protestante y yo católico y hay un abismo religioso entre los dos.

Allan y Dick




- ¿Querías hablarme?
- Sí.
- Bien.
- ¿Bebes?
- Sí.
- ¿Whisky?
- Sí.
- ¿Solo?
- No.
- ¿Soda?
- Sí.
- Linda y yo nos queremos.
- Eso es magnífico. Acaba de verme le médico y me da dos meses de vida.
- ¿Entonces, no te importa?
- En absoluto.
- A tu salud.
- A la tuya.

Dick y Allan

- Eso es todo lo que hay que hacer.
- Para ti es fácil porque eres Bogart.
- Todo el mundo lo es, muchacho, en determinados momentos. Tú mismo, ahora vas a hacer algo increíble. Dejar marchar a una mujer estupenda por no hacer daño a un amigo. Si yo hiciera eso no quedaría un solo ojo seco en el cine.
- Ya, pero es que yo lo siento así.
- Razón de más para que puedas enorgullecerte.
- ¿Tú crees?
- Seguro. Muchacho, en la vida hay otras cosas además de las mujeres y una de ellas es saber que has hecho algo bueno por un amigo. Piénsalo, chico.

Bogart y Allan

- Eso ha sido grande. Muchacho, has conseguido crear un estilo propio.
- Sí, tengo un cierto estilo personal ¿verdad?
- Bueno, creo que ya no vas a necesitare más. No hay nada que yo pueda decirte que ya no sepas ahora.
- Creo que es cierto. El secreto consistía no en ser tú sino en ser yo. La verdad es que tú no eres muy alto y sí bastante feo, pero yo también soy lo bastante bajo y feo como para tener éxito por mí mismo.
- Te deseo buena suerte, muchacho.

Bogart y Allan

2 comentarios:

posso dijo...

Absolutamente genial. Qué buena recopilación de diálogos. Es la peli de Woody Allen que más me gusta y la que más veces he visto. ;-)

Alfredo dijo...

Gracias. Para mí también es una de mis favoritas, aunque no podría decir cuál de ellas me gusta más, y pienso en la Rosa Púrpura, Días de Radio, Annie Hall, Lo que usted siempre quiso saber del sexo...

En fin, la época dorada de Allen.

Un saludo