miércoles, 28 de febrero de 2007

Cartas desde Iwo Jima


"El campo de batalla es tierra de cadáveres de pie; los que están determinados a morir vivirán; los que tienen esperanza de escapar con vida, morirán."

"Nuestros oficiales y nuestros soldados lo saben ya todo sobre la ‘muerte’. Me desagrada acabar mi vida aquí, combatiendo a los Estados Unidos de América, pero quiero defender esta isla el mayor tiempo posible y retrasar las incursiones aéreas sobre Tokio. ¡Ah!, tú has sido largo tiempo una buena esposa para mí y una excelente madre para mis tres hijos. Tu vida será más dura y precaria. Cuida tu salud y vive largo tiempo. Tampoco el futuro de nuestros hijos será fácil. Te ruego que te cuides de ellos después de mi muerte."

El primero de los textos que cito, fue escrito por el general chino Wu Ch’i, que vivió a caballo entre el siglo V y el IV a.C. El segundo párrafo es un extracto de una de las muchas cartas que el general Tadamachi Kuribayashi envió a su esposa Yoko desde la isla de Iwo Jima. Los dos textos creo que sirven para entender algo de la filosofía oriental acerca de la vida y, especialmente, de la muerte.

Precisamente son las cartas que los soldados del ya declinante Imperio del Sol Naciente, enviaron desde las rocas de Iwo Jima lo que da título a la última película dirigida por Clint Eastwood, y continuación de Banderas de nuestros padres, en la que contaba la conquista de la isla desde el punto de vista de los soldados norteamericanos.

En este caso el realizador da la voz a los soldados japoneses, articulada alrededor de una historia que va de menos a más, en la que rompe el tópico del fanatismo de los soldados japoneses a la hora de combatir, y cuya máxima expresión serían los kamikazes, ya que aprovecha para mostrarnos a unos soldados, que al igual que sus enemigos, son seres humanos que tienen miedo y que quieren seguir luchando por la vida, aunque saben que lo más probable es que de Iwo Jima ninguno lograría volver a casa. Esa certeza hace que muchos recurran al suicidio, algo que forma parte de una idiosincrasia muy alejada de nuestros parámetros racionalistas.

La guerra consigue sacar lo mejor y lo peor que los seres humanos llevamos dentro, y eso también nos le enseña Eastwood, quien también se aleja del tópico del valeroso soldado yanky, generoso en la victoria que nos han transmitido tantas y tantas películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. Aquí, como en La delgada línea roja los norteamericanos también son capaces de matar a sangre fría y de forma totalmente innecesaria.

En definitiva, una buena película, para mi gusto con un exceso de sensiblería en determinados momentos y con una banda sonora fallida, pero también con escenas realmente conmovedoras como aquella en la que un grupo de soldados japoneses escuchan como su comandante les lee la carta que una madre había enviado a su hijo, enrolado en los marines, y muerto a pesar de las atenciones que le dan los que se supone que son sus enemigos. Para todos era como si aquella carta se la hubiera escrito su propia madre.

Al final, los muertos son muertos y los heridos, heridos sin importar el color del uniforme y el sufrimiento y los deseos de volver a casa son comunes para todos, en eso no hay diferencias.

martes, 27 de febrero de 2007

Erwin Wurm


"Estoy interesado en los aspectos cotidianos de la vida. Todos los materiales que me rodean podrían serme de utilidad, así como los objetos y temas relacionados con nuestra sociedad contemporánea. Mi obra habla acerca del ser humano en su totalidad: lo físico, lo espiritual, lo psicológico y lo político".


"Yo quería estudiar pintura, pero por coincidencia me convertí en escultor. Por tanto, comencé a pensar acerca de lo que podría ser la escultura hoy. Esto me llevó a investigar acerca del vacío, lo virtual, el volumen… las cualidades básicas de la escultura".


"Los pasos fundamentales consistieron en abandonar la idea de durabilidad e infinito. La escultura podía también durar sólo unos minutos, incluso segundos. Las obras fueron transferidas al nivel del presente inmediato".


"En un determinado momento sentí que mi obra tenía que estar más sustancialmente relacionada con mi vida real. Yo deseaba involucrarme a mí mismo como persona más que mantener el arte aislado en un lugar específico. Yo quería asumir riesgos posicionándome en primera fila, y no detrás de la obra. Consecuentemente, fui dejando fluir todos mis anhelos y deseos personales dentro de a obra. Comportamientos sociales, temas políticos, sexualidad, incomodidad, estupidez, modestia (…)"


"Las primeras One Minute Sculptures fueron de hecho un completo experimento que no fue realizado en la seguridad de mi estudio. Fui invitado a realizar una exposición, pero llegué al espacio acompañado exclusivamente de mi cámara de fotos. Utilicé a la gente de la galería y los materiales de que disponían ahí en ese momento para instalar la exposición. Para la exposición se imprimieron copias pequeñas, puesto que se trataba de tomas instantáneas y a mí me interesaba mantener el espíritu. Cuando más tarde decidí comenzar con las Outdoor Sculptures, sentí la necesidad de incorporar visualmente al entorno, con lo cual tuve que ampliar el formato de las impresiones".

lunes, 26 de febrero de 2007

Astrid Hadad

Dentro del ciclo Festival de la palabra que se celebra en el Teatro Jovellanos de Gijón, el pasado viernes 24, le tocó el turno a la mejicana Astrid Hadad, acompañada por el cuarteto Los Tarzanes.

Astrid es una peculiar cantante azteca que utiliza los ritmos tradicionales de su país, para decir todo lo contrario de lo que se suele cantar en las rancheras o en los corridos, con unas letras irónicas, que ponen en cuestión algunos de los aspectos que más definen a aquel país, especialmente el machismo. Todo ello cocinado en una mezcla con ritmos de jazz, tango o rap, fundamentalmente, que le da un aire en ocasiones desbocado al espectáculo.

Concierto siguiendo esquemas de números de cabaret (aunque las comparaciones con Edith Piaf o Janis Joplin me parecen totalmente fuera de lugar), con excesivos cambios en un vestuario barroco, exagerado, colorista y unos sombreros que harían las delicias de las damas asistentes al derby de Ascott. Todo ello adornado con comentarios irónicos, especialmente centrados en el sexo.

En definitiva, un espectáculo irregular, donde destacó con luz propia la saxofonista, a la que se le notaba y para bien, su condición de músico de jazz.

Para la próxima ocasión, alguien debería de explicar a los asistentes, que el hecho de que el ciclo de conciertos lleve el título de Festival de la palabra, eso no es patente de corso para que el "respetable" se pase todo el concierto hablando con el/la vecino/a de asiento, no importando en absoluto si se molesta al resto de los espectadores o no, en una total falta de educación y de respeto a los forzados compañeros de aforo. Y de los móviles ya ni hablamos.

Full Monty


Dave.- Podías pegarte un tiro.

Lomper.- ¿Dónde encontraría una pistola por aquí?

Gaz.- Yo buscaría un puente bien alto.

Dave.- Sí. Como los que usan para hacer puenting, pero sin el elástico.

Lomper.- Sufro de vértigo.

Dave.- Una buena manera es ahogándote.

Lomper.- No sé nadar.

Gaz.- No tienes que nadar, memo. De eso se trata. No tienes muchas ganas ¿verdad?

Lomper.- Lo siento.

Dave.- Ya sé. Te pones en medio de una carretera y haces que un amigo te atropelle.

Lomper.- No tengo ningún amigo.

Gaz.- ¡Acabamos de salvarte la vida, así que no digas que no somos tus amigos!

Lomper.- ¿Sí?

Dave.- Sí. Yo te atropellaría en cuanto te viese.

Lomper.- ¡Oh! Gracias, gracias, muchas gracias.



Declaración de amistad en la película dirigida por Peter Cattaneo en 1997, en la que se cuenta una historia ambientada en la Inglaterra thatcheriana, concretamente en la ciudad siderúrgica de Sheffield, una ciudad que sufrió con dureza la crisis industrial y el paro consiguiente.

Este diálogo se produce después de que Gaz (Robert Carlyle) y Dave (Mark Addy), estuvieran corriendo para poner sus cuerpos en forma para el striptease del final de la película, y se encontraran con Lomper (Steve Huison) intentando suicidarse con los gases del escape del coche, a quien terminarán embarcando en su delirante proyecto durante el cual, Lomper terminará encontrando el amor.

viernes, 23 de febrero de 2007

Leopoldo María Panero (I)

BRILLO EN LA MANO

Locura es estar ausente
humo es todo lo que queda
de mí en la página que no hay
cae al suelo mi figura
y libre de mí se mueve
el papel de pura ausencia.


A QUIEN ME LEYERE


Los libros caían sobre mi máscara (y
donde había un rictus de viejo moribundo), y las
palabras me azotaban y un remolino de gente
gritaba contra los libros, así que los eché todos a
la hoguera para que el fuego deshiciera las
palabras...
Y salió un humo azul diciendo adiós a los
libros y a mi mano que escribe: "Rumpete libros,
ne rumpant anima vestra
": que ardan, pues, los
libros en los jardines y en los albañales y que se
quemen mis versos sin salir de mis labios:
el único emperador es el emperador del
helado, con su sonrisa tosca, que imita a la
naturaleza y su olor a queso podrido y vinagre. Sus
labios no hablan y ante esa mudez de asombro,
caigo estático de rodillas, ante el cadáver de la
poesía.


ARS MAGNA

Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas,
saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.


UN ÁNGEL PASÓ POR BROOKLIN

A los dos días fue detenido, y llevado a disposición del juez.
Se trataba de un traficante de marihuana.


DEDICATORIA

Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.

Doble sesión de cine

Cajastur Oviedo, jueves 22, ocho de la tarde. Sesión doble de cine. Ayer se cerró el más que bueno, excelente, ciclo de cine que programó Cajastur en sus centros en Asturias. Grbavica o Los optimistas, fueron dos de las que se programaron en ese ciclo y de las que hago comentario en posts anteriores.

Para el cierre tocó el corto asturiano Fuera de juego y la película gallega de animación De profundis. El corto, dirigido por Iñaki Ibisate, fue premiado en la última edición del Festival de Cine de Gijón, en la sección dedicada a cortos asturianos. Una vez visto, la impresión no puede ser más que decepcionante.

Es una historia de amistad entre dos compañeros de colegio en la que se inmiscuyen constantemente los adultos, de ahí que el peso de la historia recaiga en dos niños a los que la misión les queda grande, vamos que los embarcan en una misión imposible. Pero los actores adultos tampoco es que resuelvan nada, a excepción, tal vez, de la protagonista femenina, Marga Llano, que despacha una actuación simplemente correcta, mientras el resto naufraga totalmente. Además la estructura narrativa del corto hace que haya cosas que no se entiendan bien, con unos personajes adultos desdibujados, y una historia entre los chavales que no termina de despegar en ningún momento. Decepcionante.

De profundis, dirigida por Miguelanxo Prado, un animador que ya ha cosechado premios fuera de España y que trabajó para la factoría Spielberg en Men in black, es una historia que rebosa arte y poesía por los cuatro costados.

Arte, porque en los dibujos se pueden ver influencias de la época azul de Picasso, de Toulouse-Lautrec, del simbolismo, los prerrafaelitas, van Gogh, tal vez Willian Blake, o David Hockney. Historia de una pareja que vive en un palacete-isla, músico ella y pintor que tiene en el mar su principal fuente de inspiración, él.

Un día él se embarca en un barco de pesca para tomar apuntes de los peces que se van capturando. Una galerna provoca un naufragio que es el inicio de un viaje por los fondos marinos de la mano de una sirena, a la que él ya había pintado tal como es sin haberla visto antes, que le descubrirá toda la belleza que se oculta en el fondo del mar, pero también la desolación de un cementerio de barcos o de una ciudad anegada por el océano. Viaje iniciático y transformador hasta alcanzar un grado de comunión tal con las criaturas marinas que ya sólo podrá regresar convertido en una de ellas.

Una sutiles cortinas que nos invitan a asomarnos a la ventana a la que nos conduce la cámara, o una lágrima transparente que se asoma al balcón de los ojos de la mujer que espera, dan forma a dos momentos de una enorme belleza, todo ello subrayado por una banda sonora de Nani García interpretada por la Orquesta Sinfónica de Galicia, que nos tiene todo el rato con la impresión de estar viendo más un ballet que una película de animación. Excelente partitura que subraya con enorme acierto cada momento de la historia.

jueves, 22 de febrero de 2007

Leopoldo María Panero

LA MONJA ATEA

Las monjas adoran a su Dios que no existe
mientras el Papa aprieta el gatillo
y dice Dios no existe
es una imaginación de la Iglesia
que está muriendo poco a poco
los ateos lloran al pie de una estatua.
Y el mundo dice Dios no existe
es una imaginación del Papa
mientras los ateos
lloran y lloran por su belleza perdida
y Dios ya no existe
está llorando en el Infierno.

Ésta es la estatua entera de la nada.


LE BON PASTEUR (Haikú)

Es duro el trabajo de la pesadilla,
es duro
arrastar de día el carro de las marionetas,
de noche; y ser una de ellas
mañana, cuando abran los ojos
para no ver
que la bailarina de cuerda danzando entre ellas
mueve ella misma el resorte.


THE END

He fumado mi vida y del incendio
sorpersivo quedan
en mi meoria las ridículas colillas:
seres que no me vieron, mujeres como vaho,
humo en las bocas, y silencio
por doquier, como un sudario
para lo que no quise ser, y fue
como vapor o estela sobre las olas ociosas, niños con marinera
que en la escuela aprendieron el Error.
No había nadie en aquel pozo, estaba
vacía la cárcel, pienso cuando
abriendo al fin la puerta, y descorriendo
por fin el cerrojo que me unía
inútilmente a las águilas, y me hacía
amar las islas y adorar la nada, des
descubro
banal, y sonriéndome, la luz.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Un lugar en el mundo I



Película argentina dirigida por Adolfo Aristarain en 1991. Galardonada con la Concha de Oro en San Sebastián al año siguiente. José Sacristán, Federico Luppi, Cecilia Roth y Leonor Benedetto, interpretan los principales papeles.

Adolfo Aristarain es un profesional del cine que aprendió el oficio de la mano de gente como Mario Camus, Vicente Aranda o Sergio Leone. Un lugar en el mundo fue su su primer éxito, tanto de público como de crítica, y fue candidata al Oscar a la mejor película extranjera en 1992. Luego vendrían otros éxitos como Martín (Hache) (1997) o Roma (2004).

Un lugar en el mundo es una historia estructurada como si de un western se tratara. Parece una de esas películas del oeste en la que un grupo de ganaderos (en este caso criadores de ovejas) se enfrentan a otro más poderoso que aspira a hacerse con las tierras de los demás utilizando para ello la ayuda de todos los pistoleros que pueda contratar (en este caso aliándose con una multinacional), mientras aparece un vaquero solitario, a la manera de un John Wayne, que viene en ayuda de los más débiles (aunque aquí el final no es el habitual de aquel tipo de películas).

No es baladí que en Un lugar en el mundo, el director hace que sus protagonistas viajen a la ciudad y vean en el cine Eldorado, obra dirigida por el maestro del western, Howard Hawks, en 1966, en la que cuenta una historia de héroes solitarios, dignidad y amistad más allá de las palabras.

Además de un western argentino, la película de Aristarain es la historia del triángulo amoroso que forman Mario, Ana (Federico y Cecilia) y Hans (Sacristán), un cínico geólogo español, con una de las más hermosas declaraciones de amor de la historia del cine (al menos para mi gusto), cuando un borracho Hans le dice a Ana que la quiere pero, al mismo tiempo, le pide que se quede con Mario, que lo suyo no puede ser. Ese momento, unido a la escena de la despedida, señalan dos momentos de una gran intensidad dramática, con unos juegos de miradas minimalistas, de esas que lo dicen todo sin falta de decir nada.

Una película de sentimientos y de derrota (si la guerra está perdida, quiero darme al menos el lujo de ganar una batalla, dirá Mario en un momento determinado), de amor y de dignidad, de valor y de miedo, de renuncias y de amistad.

Un lugar en el mundo

- Hay cosas de las que uno no puede olvidarse. No tiene que olvidarse... aunque duelan.

Ernesto (Gaston Batyi)

- Descubrí mi vocación profesional eligiendo piedras para tirárselas a la policía de Franco.

Hans (Geólogo. José Sacristán)

- Al final estamos todos en el mismo bando. En el de los que perdieron.

Mario (Federico Luppi)

-Nada nos divierte tanto como aplastarle la cabeza al que tenemos al lado y comerle el hígado. Eso sí, con un poquito de ajo y perejil para que resulte hasta civilizado.

- Si lo que te importa es el dinero, serás un mierda de tío, como yo, pero tendrás dinero.

- Cuanto más se sabe, más cerca se está de la magia.

- ¿Habéis visto a alguien capaz de enfrentarse a veinte tíos armados hasta las orejas y que se salían de las botas para matarlo? ¿Y él, eh? Escapar con el caballo marcha atrás y, sin embargo, hacerte creer que el más peligroso era él. Podía estar borracho, apaleado, derrotado, enamorado, pero nunca, nunca perdió la dignidad.

- No te preocupes. Dicen que lo importante es amar y no que te amen. Los que dicen eso son unos gilipollas.

Hans

- Hermana, te va a costar trabajo pero procura olvidarme. Ha sido un placer conocerte y espero que cuando nos volvamos a ver, el placer sea aún más profundo.
-La próxima vez que nos veamos vas a tener que cumplir todo lo que has prometido.
-Haré lo que pueda.

Ana.- Váyanse, háganme el favor.

Mario.- En seguida vengo.

Ana.- Preferiría que no. Se mamaron juntos, quédense juntos hasta que se les pase. Los borrachos me caen muy pesados.

Hans.- Un momento, un momento, un momento. No, no tienes ningún derecho a hablarle así. Es un tío cojonudo. Es un frontera. Borracho o vencido un frontera nunca pierde su dignidad. Hablo en serio. Estoy... como estoy pero sé lo que me digo. Es un fuera de serie y tú también. Eres una mujer maravillosa. No le dejes solo. Te quiere mucho y yo también. Os quiero mucho.

martes, 20 de febrero de 2007

Campos de Londres

- Porque todos somos poetas o niños pequeños en medio de la noche, que luchan por existir.

- No llevamos mucho tiempo por aquí. Y sin embargo hemos encanecido el pelo a la tierra. Parecía poseer una eterna juventud, pero ahora está envejeciendo a un ritmo acelerado (...) Antes vivíamos fuera de la historia. Pero ahora todos somos coterminales. Ahora estamos bien metidos en la historia, en su borde de ataque y el viento ensordece nuestros oídos. Es difícil amar cuando estás preparándote para el impacto. Y tal vez el amor tampoco lo puede soportar y huye de todos los planetas cuando alcanzan este estado, cuando llegan al final de sus respectivos siglos XX.

- ¿La gente? La gente es un conglomerado de sutilezas caóticas, cada una de las cuales vive en su propia cueva. Pasa las horas en amoroso resentimiento y retrospección y experimentos mentales. Junto al fuego del campamento muestra la habitual dosis de exhibicionismo y escucha sus propios gimoteos sobre lo mal que se siente y lo hondo que se está hundiendo. Todos hemos pasado por ello.

- Reímos unas dos veces al año. Casi todos hemos perdido nuestras risas y nos las apañamos ahora con nuestras risas falsas.

- El amor puede hacer que una mujer coja un autobús o puede aplastar a un hombre bajo el peso de una pluma. O deja simplemente que todo siga como estaba ayer y como estará mañana. Así es la fuerza del amor.

El escritor británico, Martin Amis, ambienta esta novela en un año 1999 en el que la amenaza del cambio climático parece que va a cambiar totalmente la faz del planeta. En ese contexto que roza el apocalipsis una mujer busca al que será su asesino mientras un joven escritor norteamericano portador de una enfermedad mortal, se verá subyugado por la historia. La segunda edición de la novela es de 1996. La foto es de Chris Buck.

lunes, 19 de febrero de 2007

El sueño eterno



- No me gustan sus modales, señor Marlowe.

- A mí no me enloquecen los suyos y no he pedido esta entrevista. Me tiene sin cuidado que no le gusten mis modales, ni siquiera me gustan a mí. Me hacen llorar en las noches de invierno y me importa tanto que se meta conmigo como que coma la sopa con tenedor, así que no trate de confundirme.

Philip Marlowe (Humphrey Bogart) a Vivian Sternwood (Lauren Bacall).

- Me gusta usted. Sí me gusta.

- Sí, pues aún no ha visto lo mejor. Tengo una danzarina balinesa tatuada en el pecho.

Marlowe a Carmen Sternwood (Martha Vickers).

- ¿Qué propina le dará a la chica del guardarropa?

- Estoy pensando en algo apropiado. ¿Cómo entró aquí?

- Puede adivinarlo.

- Apuesto a que sí. Por el ojo de la cerradura como Peter Pan.

- Y ¿quién es ese?

- Oh. Alguien que conocí en la piscina.

- Es usted guapo.

- Y cada minuto que pasa lo soy más.

Carmen y Marlowe.

- Bueno, adiós sabueso, deseeme suerte, tuve una mala racha.

- Como todas las de su clase.

Inés y Marlowe.

viernes, 16 de febrero de 2007

Onno


Los músicos armenios Arto Tuncboyaciyan y Ara Dinkjian, son los artífices de esta joya musical al que pusieron por título Onno. Un título homenaje al hermano mayor de Arto, de nombre Onno, fallecido el 14 de enero de 1996 en un accidente de avioneta. De ahí que todas las canciones estén relacionadas con ese hecho y con el recuerdo de un hermano muy querido, también músico, en lo que termina por ser el más hermoso disco de sentimientos que yo he escuchado hasta el momento, junto con el Tears in heaven de Eric Clapton.

"Esta música que están a punto de escuchar no es la música que yo esperaba sentarme a escribir. Es mi reacción ante la tristeza más grande de mi vida. Este disco habla de mi experiencia acerca de lo importante que es aprender a reir, incluso cuando estás llorando".

Son 10 temas absolutamente fantásticos, de una sensibilidad extraordinaria y de un virtuosismo musical difícil de encontrar, con dos músicos entregados en cuerpo y alma en hacernos llegar una pléyade de sentimientos hasta conseguir que nos sintamos acariciados por la música, que nos dejemos llevar y caigamos en brazos de una cierta nostalgia.

Arto y Ara son dos músicos nacidos en Turquía pero de orígenes armenios, los cuales están siempre presentes en su música, y con fuertes contactos con Grecia. De hecho, este disco está editado por el sello ateniense Libra Music en 1998, y es frecuente encontrarles tocando en discos de músicos griegos.

Un ejemplo de esto último sería el Live de Eleftheria Arvanitaki, un recopilatorio de temas en directo de esa gran voz de la música helena, en el que Ara Dinkjian tiene una presencia muy importante, especialmente con una improvisación de oud que estremece por su virtuosismo. En uno de los temas, Arto aparece en los coros y varios de los temas del disco tienen que ver con danzas o músicas de Armenia, un país con una posición casi única para ser un auténtico crisol entre Oriente y Occidente y con una riqueza musical y de músicos realmente fabulosa.

En Onno aparece la siguiente frase, parece que salida de la imaginación de Setrak Seto Tuncboyaciyan cuando tenía 9 años de edad:

La vida es como un sueño;
Un día nos despertaremos y nos encontraremos con la realidad...
Ese es el lugar donde todo tiene su origen.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Los optimistas

Con ese engañoso título (Optimisti en serbio) firma el director Goran Paskaljevic la que es su última película hasta el momento. Y digo engañoso porque el propio director ha dicho en alguna ocasión que el punto de partida de esta película está en la frase de la obra de Voltaire Cándido que dice: "El optimismo es la manía de sostener, cuando todo va mal, que todo va bien".

Los optimistas es la película que cierra la trilogía formada por El polvorín y el Sueño de una noche de invierno, dedicadas a captar el estado de ánimo de la sociedad serbia de la postguerra balcánica. En el caso de Los optimistas, estrenada el pasado año, se trata de cinco historias sin un hilo narrativo común pero unidas por un hilo invisible y algunos elementos visibles como son el agua, una mesa de billar y un acordeonista.

Quinteto de historias de personas sencillas que se inicia en un pueblo inundado al que llega un peculiar personaje que promete darles esperanza por medio de la hipnosis. Los habitantes de la aldea desesperados creerán ver en él una parte de sus problemas hasta que la verdad se vuelve a imponer con crudeza y el mesías salvador pasará a ser otro falso mesías.

En la segunda, un mafioso, al que suponemos enriquecido con la guerra, reconvertido a empresario, si puede llamársele así, viola a la hija de uno de sus empleados y la familia, víctima incluida, tendrá que tragarse el orgullo para seguir con su triste existencia, en la que es la historia más amarga de las cinco. Sobrevivir es tan miserable que ya ni el orgullo es posible.

En la historia del niño genocida de animales, no podemos por menos que ver una metáfora de los genocidios acontecidos en las guerras balcánicas. La historia se desarrolla en un granja-matadero porcina, con un padre orgulloso de haber inculcado a su hijo la afición por matar cerdos hasta que observa como el niño se convierte en un auténtico genocida de todo tipo de animales a los que mata por el puro placer de hacerlo. El sabor de la sangre acabará incluso por afectar al médico que entra en contacto con él.

La narración del ludópata se inicia con un cortejo nupcial pasando por delante de una funeraria bautizada con el sugerente nombre de Eternitas. Allí está el difunto padre del protagonista esperando su entierro, el cual tendrá que ser modificado sobre la marcha, ya que su hijo ludópata, continuador de una saga familiar de varones nacidos bajo el signo de la mala suerte, se jugará los 2.000 euros de su entierro en las máquinas tragaperras de un particular Casino, mientras sueña con que una anciana sea su pasaporte para Las Vegas.

Finalmente, un viaje en autobús, guiado de nuevo por un gurú que promete curarles de todos los males con un baño en una charca milagrosa, se convertirá en una historia de desolación y autoengaño.

Todo ello conforma un panorama para nada optimista de la situación por la que está pasando la República de Serbia y Montenegro, después de la guerra de Bosnia y la de Kosovo, en un país dominado por buscavidas de diversa calaña y mafiosos de postguerra, mientras el resto de ciudadanos sobrevive como puede en una situación que les hace tremendamente vulnerables, y donde el verdadero optimismo apenas si tiene cabida en el mar proceloso de las ilusiones perdidas.

lunes, 12 de febrero de 2007

Ángel González (I)

MUERTE EN EL OLVIDO

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...


DONDE PONGO LA VIDA PONGO EL FUEGO

Donde pongo la vida pongo el fuego
de mi pasión volcada y sin salida.
Donde tengo el amor, toco la herida.
Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego
vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.
Perdida la de ayer, la de hoy perdida,
no me doy por vencido, y sigo y juego.

Lo que queda: un resto de esperanza.
Al siempre va. Mantengo mi postura.
Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.
Pero nunca o amor, mi fe segura:
jamás o llanto, pero mi fe fuerte.


ESO LO EXPLICA TODO

Ni Dios es capaz de hacer el Universo en una semana.
No descansó el séptimo día.
Al séptimo día se cansó.

Balthus

"La técnica del tiempo de David al servicio de una inspiración violenta, moderna, y que es también la inspiración de una época enferma, en la que el artista que conspira únicamente se sirve de la realidad para criticarla mejor"

Antonin Artaud, 1934

"Más allá de la revolución surrealista, más allá de las formas del academicismo clásico, la pintura revolucionaria de Balthus se integra en una especie de misteriosa tradición"

Antonin Artaud, 1936

"El color amargo de Balthus significa ante todo que la vida de esta época es amarga"

Antonin Artaud, 1936

"Una sociedad, una crítica, un público apartado del drama no pueden comprender la pintura de Balthus. En torno a esta paleta más que en las otras pinturas disimuladas, (...) de estas escenas de interior no tomadas de la realidad como pudiera pensarse a primera vista, sino como desenvueltas de un vendaje embalsamador y reinstauradas en una realidad, ella misma en postura crítica y que pronto no las soportará, existe un drama, un espantoso drama vivido (...)"

Antonin Artaud, 1946-1947

"Balthus dice que él nunca ha dejado de ver las cosas tal como las veía en su niñez"

Pierre Klossowski, 1957

"Hay que mantener en la memoria la amplitud de su trayectoria y el anacronismo de su pintura. Desde el principio, en el contexto de los años treinta, ha hecho gala de una resistencia irreductible a las metas revolucionarias del arte total y de su disolución en la vida. Su trabajo intenta mantener la distancia respecto de las abstracciones idealizantes, sin llegar, no obstante, la calma chicha de los retornos al orden. Su realismo, de una brutalidad tierna, arranca y erige, en la brutalidad de lo cotidiano, poderosas figuras inscritas en la realidad urbana o campesina, toda la evocación de un universo más cercano de Louis-Ferdinand Céline que de los arabescos poéticos del surrealismo o del bonnardismo abstractizante de la escuela de París"

François Rouan, 2001

viernes, 9 de febrero de 2007

Time

"El amor puede hacer que una mujer coja un autobús o puede aplastar a un hombre bajo el peso de una pluma".

Esa frase extraída de la novela de Martin Amis Campos de Londres, me sirve como introducción a esta entrada dedicada a comentar la última película del director coreano Kim Ki-duk, que lleva por título Time.

Porque, entre otras cosas, Time es una historia de amor, pero también de posesión, celos enfermizos, obsesión, dolor, mentira, esperanza, maltrato, sexo deseperado. Son muchos los ingredientes que agita Kim Ki-duk en su peculiar coctelera para conseguir una película que baja a los más bajos fondos de la pasión amorosa para componer una historia de esas que se ven muy de tarde en tarde por la potencia que logra.

Todo rodado con una extrema sensibilidad, incluso en aquellas escenas que pueden resultar más desagradables para el espectador, los momentos violentos o las virulentas discusiones que se generan casi siempre en el mismo café. Eso unido a una luz especial consigue que el espectador se sienta incómodo, casi tanto como unos personajes perdidos, en un entorno donde se ofrece una vida nueva, novedad que termina por convertirse en una sombra amenazadora, siempre vigilante, miradas profundas y deseos que terminan por cumplirse haciendo verdad ese adagio que advierte: "Tened cuidado con lo que soñais porque puede convertirse en realidad".

Belleza fría de esculturas acogedoras que señalan horizontes imposibles de alcanzar por el ser humano, mientras buscan el reconocimiento a través del tacto, del contacto físico, también mentiroso, porque también es posible mentir con el cuerpo, pero nunca con la mirada aunque los ojos se nieguen a reconocer.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Grbavica

Grbavica es la película ganadora del Oso de Oro en la Berlinale de este año, y a tenor de lo visto, premio más que merecido para una historia sobre el miedo, los traumas, la violencia, la soledad, la incomprensión pero también sobre la esperanza en un futuro que pasa por las manos de los jóvenes porque los adultos que vivieron la guerra de Bosnia, ya ni siquiera tienen presente, sólo pasado.

Un pasado imposible de exorcizar, que acompaña a los personajes como una alargada sombra que nunca se termina de ver, pero que intuimos detrás de cada esquina del barrio, de cada fachada marcada por la viruela de los disparos, de cada mirada.

Historia que transcurre en un tempo lento, sin estridencias, que conduce al espectador a una cierta sensación de incomodidad a la espera de que ocurra el desenlace, al cual nos conduce la directora, Jasmila Zbanic, casi con ternura, cogiéndonos de la mano y animándonos a que compartamos el dolor inmensamente profundo de la protagonista, Esma, interpretada con una contención absolutamente magistral por Mirjana Karanovic. Una mujer torturada pero que todavía es capaz de amar, un amor que no puede ser, en medio de un paisaje frío, desolado, en el que la huida parece la única salida y en el que permanecer es un gesto de resistencia, de no querer olvidar, de buscar respuestas que puedan servir para alumbrar un futuro que necesariamente tiene que ser mejor.


Los adultos del mañana, muchos de ellos huérfanos de guerra, tampoco se pueden librar de los fantasmas de sus padres y juegan en medio de las ruinas de un país que busca volver a ser lo que alguna vez fue, buscando su propio camino, un camino nuevo, sin referencias claras en un proceso que les tendrá que llevar, necesariamente, a una madurez no exenta de sobresaltos emocionales.

Grbavica también es un canto a la reconciliación que da voz a unas mujeres valientes, probablemente a su pesar, y que luchan por sacar adelante a unos hijos que no han podido llegar a conocer a sus padres, muchos de ellos enterrados en fosas comunes a la espera de poder descansar definitivamente en paz.

martes, 6 de febrero de 2007

Ángel González

ESO ERA AMOR

Le comenté:
- Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo::
- ¿Te gustan solos o con rimel?
- Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.


CUMPLEAÑOS

Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso, disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.


DATO BIOGRÁFICO

Cuando estoy en Madrid,
las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches.
La luz no las anima a salir de sus escondrijos,
y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi dormitorio,
lugar hacia el que
- por oscuras razones -
se sienten irresistiblemente atraídas.
Ahora hablan de presentar un escrito de queja
al presidente de la república,
y yo me pregunto:
¿en qué país se creerán que viven?;
estas cucarachas no leen los periódicos.

Lo que a ellas les gusta es que yo me emborrache
y baile tangos hasta la madrugada,
para así practicar sin riesgo alguno
su merodeo incesante y sin sentido, a ciegas
por las anchas baldosas de mi alcoba.

A veces las complazco,
no porque tenga en cuenta sus deseos,
sino porque me siento irresistiblemente atraído,
por oscuras razones,
hacia ciertos lugares muy mal iluminados
en los que me demoro sin plan preconcebido
hasta que el sol naciente anuncia un nuevo día.

Ya de regreso en casa,
cuando me cruzo por el pasillo con sus pequeños cuerpos que se evaden
con torpeza y con miedo
hacia las grietas sombrías donde moran,

les deseo buenas noches a destiempo
- pero de corazón, sinceramente -,
reconociendo en mí su incertidumbre,
su inoportunidad,
su fotofobia,
y otras muchas tendencias y actitudes
que - lamento decirlo -
hablan poco en favor de esos ortópteros.

viernes, 2 de febrero de 2007

Pregúntame por qué bebo

Y por fin le tocó al teatro. Juan Carlos Ordóñez es un dramaturgo donostiarra, nacido en 1941 y autor del monólogo que da título a esta entrado, texto publicado por la Fundación Autor de la SGAE en 1999, en un volumen en el que también aparece la obra La orquesta toca para mí, inédita hasta ese momento.

Se trata de un monólogo en un acto, estrenado en el madrileño Teatro Maravillas un 12 de agosto de 1997, bajo la dirección de Juan Polanco y con los actores Ramón Langa, en el papel de Adriano Alaya y de Osky Pimentel en el de Luis.

A pesar de que aparecen dos personajes, el que lleva la voz cantante es Adriano, ya que Luis es un barman que habla con sus silencios, sus miradas y sus gestos, pero sin esbozar la más mínima de las palabras a todo lo largo del texto.

La historia está ambientada en un bar, a medio camino entre el local de copas y el pequeño restaurante, con un cliente habitual, un solitario de esos que todos los locales de este tipo tienen entre su clientela, especialmente entre la noctívaga. Un solitario disfrazado de triunfador de nada, de persona que ha alcanzado las más altas cotas de la miseria y que se esconde detrás de los vapores alcohólicos para escapar de una realidad tozuda.

Para ello el autor utiliza la sobriedad como elemento fundamental para poner de manifiesto la degradación progresiva de Adriano, mientras que Luis calla, incluso cuando es directamente insultado por su cliente, y se comporta como un auténtico profesional, atendiendo a todos los caprichos de un Adriano cada vez más borracho, más consciente de su soledad y de su fracaso.

Un perdedor en estado puro al que el alcohol no le lleva más que a un viaje a la degradación personal, hasta quedar a la altura de la basura que el barman saca del bar con la fría profesionalidad que le caracteriza.

Adriano.- Soy un romántico. Sí, un romántico. (Se sienta y empieza a comer) Los románticos comemos compulsivamente, ¿lo sabías? Es una forma de compensar nuestra insatisfacción espiritual. (Se va agudizando el efecto del alcohol) Por ejemplo: a mí me gusta levitar; y cuando lo intento y no lo consigo, me meto "pal" cuerpo un codillo y se me va la frustración. (Come y bebe sin parar) Para el desengaño amoroso, nada como el salchichón; para la nostalgia un donut, y para la melancolía, una ración de boquerones. Oye, no falla; proporciona un equilibrio perfecto. (Breve pausa. Ensimismado) Y para los sueños no realizados y las quimeras inalcanzables... que crean un desasosiego suave y lento... pero largo y casi incurable... ¡lo más indicado es el bacalao al pil pil! Lo que yo te diga: entre versos, rabo estofado, suspiros y chicharrones, vamos sobreviviendo los seres sensibles como yo.

Y no me negarás que alguna vez no te has preguntado, "¿Quién soy yo?", al levantarte por la mañananita, ¿eh? (Canturrea y mima la acción de afeitarse) ¿Quién soy? ¡Y qué angustia te produce no poder contestar! Claro que, en mi caso, más angustia me produce decir "Adriano Alaya", porque enseguida se me viene aquí (Se toca la cabeza) lo que me espera esta mañana. Algunos días he tenido la tentación de contestar; y, por si las moscas, me he clavado de un golpe el frasco del "after shave". (Transición) Sin embargo, bebiendo no hay problema. "¿Quién soy?", me pregunto yo ahora. Y sin comedura de coco contesto rápidamente: "Un borracho"; y se acabó la historia. (Perdiendo fuelle) ¿Comprendes ahora que me guste beber? ¿Qué sólo bebo... porque me gusta?.

¿Nunca has sufrido una desilusión? ¿Nunca has sentido añoranza, melancolía? ¿Conoces el desamor? (En la radio suene una música intrascendente) No, ¿verdad? Ésa es la ventaja de los simples. (Énfasis) Los idiotas, y te lo digo cariñosamente, ponme una copa, desconocéis las penas del amor. (Luis le pone la copa) Sois como un electrocardiograma plano. ¡Gloriosa ignorancia la ignorancia del desamor! ¡Bendita comodidad la de la estulta condición! (Pausa) Mi querido y estólido Luis, nunca sabrás lo feliz que eres. Y eso me indigna. Me indigna que no tengas paladar para la angustia ni para la dicha; para lo exquisito y para lo aberrante. (Pausa) Me desprecias: los ignaros lo desprecian todo; en envidias: la vulgaridad envidia lo anómalo. Soy un borracho ilustrado, lo sé, y anteayer escribí un poema sensacional. Tú nunca has percibido ni de lejos una emoción como ésa. Me regodeo en esa incapacidad tuya, pero me irrita tu indiferencia por ser un enano. Tú eres un bulto que respira y yo un poeta que llora. (Se sienta en una mesa de la derecha) Lo indignante es que para vivir, a ti te basta con el fuelle de tus pulmones; y, sin embargo, a mí no me alcanza ni con el beso de aquella vez.

jueves, 1 de febrero de 2007

La gata sobre el tejado de zinc (I)

- ¿Tú sabes cómo me siento? Como una gata sobre un tejado de zinc caliente.
- Pues salta del tejado. Salta. Los gatos saltan desde los tejados sin hacerse daño. Anda, salta.
- ¿Cómo he de saltar y a dónde?
- Búscate un amante.
- ¿Cómo puedes decirme eso? Yo no puedo más que pensar en tí. Aún con los ojos cerrados te veo sólo a tí.

Maggie (Elizabeth Taylor) y Brick (Paul Newman)

El animal humano es una bestia que un día u otro tiene que morir, y si tiene dinero todo se le vuelve comprar, comprar, comprar y comprar. La razón de que compre todo lo que pueda sólo obedece a la absurda esperanza de que algo de lo que compra durará eternamente y eso es imposible.

Gran Papá (Burl Ives)

La gata sobre el tejado de zinc (Cat on a hot tin roof, Richard Brooks 1958), es una película a la que se le nota, y para bien, que tiene su origen en una obra de teatro homónima escrita por Tennessee Williams (también autor de Un tranvía llamado deseo) , y que se había estrenado en 1954 con la dirección de Elia Kazan, quien prácticamente obligó a su autor a dar más peso al personaje interpretado por Elizabeth Taylor, Maggie la gata, entre otros cambios. Williams cumplió con las peticiones, y se sintió tan mal con ellos que acabó achacándoles su afición a las drogas y el alcohol. Todo ello no impidió que se le concediera el Premio de la Crítica y el Pulitzer, premio éste último que ya había obtenido en 1948 por Un tranvía llamado deseo.

Las cosas fueron a peor cuando el texto se llevó al cine, ya que la carga homosexual que contiene la relación entre Brick y Skipper, en unos años en los que todavía se recordaba la famosa "caza de brujas" del macarthysmo, transformándola en una amistad, si se quiere algo enfermiza pero sin la carga sexual, carga que el propio Williams no había desarrollado en demasía en el texto original, en un acto que probablemente fuera más de autocensura que de otra cosa.

En España no se tradujo el título en su totalidad, ya que se le eliminó el adjetivo "caliente", probablemente para no dar pistas acerca de la tensión sexual que se genera entre Maggie y Brick, en medio de una atmósfera en el que el calor y la humedad tienen una fuerte presencia.