miércoles, 14 de enero de 2009

Hanne Darboven (Munich 1941): El tiempo convertido en volumen


Esta artista bávara pasa por ser una de las artistas alemanas de mayor relevancia, no sólo en su país sino también en el ámbito internacional, desde su irrupción en el mundo del arte allá por los finales de los años 60, siempre con las matemáticas y el paso del tiempo como obsesiones fundamentales alrededor de las cuales gira toda su obra.

Su formación artística se inicia en la Academia de las Artes de Hamburgo, en la que está en el periodo que va desde 1962 a 1966, donde estudia co Wilhelm Grimm y Almir Mavignier, para luego irse a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, ciudad en la que estará durante dos años, hasta 1968. En esa ciudad entrará en contacto con los principales representantes de la corriente minimalista, a la cual siempre negará su adscripción, como eran Carl Andre, Sol Hewitt o Donald Judd. Gracias a una de esas casualidades que a veces ocurren, la crítica especializada empezó a incluir su obra dentro de ese grupo de artistas que se movían en la órbita de gente como el propio Hewitt, John Cage o Roberth Smithson lo que le abrió muchas puertas. En 1970 su obra se expuso en el MOMA, y en el Guggenheim al año siguiente, y en 1972 participó en la Documenta 5 en Kassel.


Fue precisamente en Nueva York donde sus obras empezaron a llamar la atención de ese nutrido grupo de artistas, con una serie de “papeles cuadriculados con figuras geométricas, normalmente variantes de la diagonal, configuraciones lineales con una secuencia predeterminada anotadas en el margen de la hoja. A finales de los años sesenta, los críticos y otros artistas se fijaron en este mundo de números y notas gráficas tan subjetivo como concreto” (Petra Löffler, en Mujeres Artistas de los siglos XX y XXI, Taschen)

Esas series numéricas lo que buscan es materializar el paso del tiempo, a través de un código absolutamente personal en el que se pueden intercalar escritos de diferentes autores, páginas de diccionarios con anotaciones personales, fotografías y objetos que le regalan o encuentra, casas de muñecas. Todo al servicio del discurrir del tiempo o de la sucesión de acontecimientos históricos y que luego, al aparecer seriados y colocados en una pared, logran dar a ese paso del tiempo una consistencia volumétrica. El tiempo convertido en volumen.


Listas de números salidas del puño y la letra de Darboven para dar lugar a unas “construcciones numéricas”, que utiliza para fijar el concepto temporal de cambio de siglo y del discurrir histórico que va desde 1900 hasta los años 90 del mismo siglo, y sus vivencias personales y de la evolución de arte a lo largo del siglo XX. Evolución que pone de manifiesto con la inclusión de casas de muñecas, que forman parte de la colección de juguetes que atesora la artista, que reproducen viviendas alemanas de principios de siglo y de los años 50.

En los años 80, la actualidad fue cobrando una mayor importancia en su obra que adquiere así, una dimensión más global trabajando con portadas de revistas, entrevistas a líderes políticos, fotografías de estrellas de cine o páginas de catálogos de arte. En la década siguiente, Darvoben empezó a reunir juguetes infantiles “de todas clases y procedencias, desde excepcionales piezas de coleccionista hasta adornos y artículos fabricados en serie: un universo completo de fantasías infantiles. Eligió expresamente objetos mundanos para demostrar que la historia es un proceso que todo el mundo puede entender, ya que los recuerdos de generaciones enteras están relacionados con objetos de este tipo” (Petra Löffler)

2 comentarios:

CASANDRA dijo...

Hola amigo: ando en los últimos aprontes de unos días de vacaciones. Veo que cambiaste el encabezado, y que sigue siendo tan bueno como el otro. No dejo de visitarte porque como siempre empalagosamente te digo es un disfrute leerte y aprender (a veces hasta copartir algo que hemos visto o sabido en común) un abrazo.

Alfredo dijo...

Pues nada, a disfrutar de esos últimos días y terminar de cargar las pilas para dar toda la guerra posible al 2009.

Aprovechando que el pasado día 8 fue el cumpleaños de este lugar, aproveché para hacer algunos pequeños cambios, pero hay una cosa que no quiero que cambie en absoluto, y es la gente que os pasáis por aquí y encontráis algo interesante y además me lo hacéis saber.

Abrazo transoceánico con sol de invierno!!