domingo, 21 de noviembre de 2010

La luz es más antigua que el amor (Ricardo Menéndez Salmón, Seix Barral 2010)

“La luz es más antigua que el amor. El factor tiempo es por lo tanto clave para comprender los mecanismos de la luz. Porque si el amor es propiedad exclusiva de nuestra especie –perros, gorilas o caballos no aman-, cabe pensar en un tiempo, antes del amor, en el que la luz ya existía, y cabe así mismo pensar (desconozco qué pensamiento resulta más desalentador, si aquél o éste) en un tiempo, después del amor, es decir, después de los seres humanos, en el que la luz seguirá existiendo. Los científicos, han ocupado durante el siglo XX el lugar de los filósofos y de los artistas, pues no sólo han interpretado el mundo, sino que también lo han explicado poéticamente, disponen de un gran número de imágenes para hacernos sentir nuestra pequeñez. Una es ésta: la luz existe con independencia de que exista un sujeto que la contemple.”

La última novela del gijonés Ricardo Menéndez Salmón supone una piedra más en la consolidación del autor como una de las plumas más interesantes de nuestro país. La luz es más antigua que el amor es mucho más que una novela, es una confluencia de sensaciones, de filosofía, de arte, de literatura, todo ello a través del escritor Simón Bocanegra.

El alter ego del novelista nos habla de tres artistas, dos inventados como son Adriano De Robertis y Vsévolod Semiasin, y otro real como es Mark Rothko, el artista letón que terminó suicidándose. Los tres defienden su arte hasta las últimas y dramáticas consecuencias, y se oponen a fuerzas tremendamente poderosas como son la Iglesia, el mercado, y el Estado totalitario. Y es que la libertad del artista se entiende como una amenaza para el orden establecido sea del orden que sea.

Una novela que en 173 páginas, todas ellas imprescindibles, nos regala con una prosa ágil una profundidad intelectual que va dejando destilar preguntas, dudas, inquietudes y algunas realidades que hacen que haya que leerla con atención para desentrañar todo lo que lleva dentro que es mucho en muy poco.

“Tal vez esa sea la gran virtud de este libro que, siendo una novela con trama reconocible, inicio y fin determinantes y determinados, rebosa su propia escritura a borbotones, sentimientos, latidos, ideas que caen sobre las manos y los ojos del lector y que construyen un magnífico ensayo sobre el poder -y la impotencia- de la capacidad humana para crear, para imaginar; sobre las razones y motivos por los que el amor se trenza como un talento al corazón hasta incendiarlo.” Eso lo escribe Jesús García Calero en su crítica publicada en el diario ABC.

2 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

ALFREDO, un paisano tuyo que habrá que leer con interés, a ver si puedo, gracias por la reseña, el tema me atrae.
Mírate si puedes en mi blog el vídeo de Petra Montecorvino, voz de cristales rotos, estremecedora napolitana ¿la conoces?
De paso si te apetece algo de escultura, tú mismo amigo.
Besitooos.

Alfredo dijo...

Seguro que si lo haces no te vas a arrepentir. Ya me he pasado a escuchar a Montecorvino, y voy a ver si encuentro por ahí alguna cosilla más. No la conocía. Gracias.

Un abrazo!!