martes, 26 de junio de 2012

Gregory Crewdson, fotografías sin futuro



Los ambientes de urbanizaciones de viviendas unifamiliares en los extrarradios de las ciudades norteamericanas, es uno de los espacios preferidos por el fotógrafo Gregory Crewdson (Brooklyn, Nueva York, 1962), para colocar a los personajes de sus imágenes que deben mucho, como así lo ha reconocido el propio artista en varias ocasiones, a la pintura de Hooper o el cine de David Lynch, especialmente Terciopelo Azul.


Crewdson es el fotógrafo del crepúsculo, de los personajes sumidos en un silencio angustioso y angustiante, de miradas perdidas en un punto indeterminado, desnudos ante un espejo mudo que les devuelve una imagen de un realismo insoportable mientras los amantes se dan la espalda incapaces de afrontar la realidad.


No importa la edad, porque la desolación, la soledad, la incomunicación, no entiende de edades ni de sexos, ni si están en interiores tan deteriorados como sus vidas, tan invadidos por la naturaleza que han perdido toda huella de espacios mínimamente acogedores, ni terminan de estar en comunión con lo que les rodea, mientras coches o taxis salidos de no se sabe dónde, los dejan abandonados a su suerte o están detenidos en medio de una ciudad vacía, más amenazadora que nunca mientras nieblas ocultan amenazantes el horizonte, y los semáforos mantienen el ámbar indeciso.


A veces, algunas veces, aparecen focos de luz al modo de la espilberiana Encuentros en la tercera fase, y los rostros se vuelven hacia esa luz, tal vez buscando una respuesta, una esperanza, una realidad trascendente que les saque de la rutina, de la mediocridad. Pero todo se congela, se detiene y el pasado y el futuro no existen, solo el presente detenido en unas vidas crepusculares, en unas vidas que no sabemos cómo serán cuando la luz del sol por fin se enseñoree del horizonte inmersos como están en un crepúsculo permanente.


Miedos, angustias, temores freudianos nacidos de aquellos espionajes infantiles de Crewdson a su padre psicólogo de la corriente del doctor austriaco, siempre más interesado en su propio padre que en los pacientes, y Crewdson tal vez esté buscando la forma de conjurar sus propios miedos, sus propias zonas oscuras.


Un territorio vital que ahí está, viviendo en el interior de cada uno de nosotros esperando las condiciones ideales para manifestarse en toda su crudeza, un mundo con el que Crewdson crea unas imágenes de una belleza desconcertante, una belleza de suburbio, una belleza en transición entre el antes y el después, congelada en el momento presente, en el momento sin causa originaria y sin consecuencia posterior.


Más informacion:




lunes, 25 de junio de 2012

La coreografía caligráfica de Georges Mathieu


Composition, 1958.

Este mismo mes de junio tuvo lugar el fallecimiento del pintor francés Georges Mathieu (Boulogne-sur-Mer, Francia, 1921), lo que dejaba al mundo del arte huérfano del padre de la abstracción lírica, además de ser uno de los precursores del happening y de la pintura de acción.

Dahut, 1964.
Mathieu llega a la pintura después de haber estudiado filosofía y literatura, e iniciar un camino autodidacta que le llevará a pasar de unos inicios vinculados con el realismo a través de retratos y paisajes, a un estilo de pintura en el que prima el sentimiento, la inspiración del momento, la espontaneidad, en definitiva, una pintura liberada de reglas, cánones o cualquier otro elemento represor.

Oil Riggs and Helicopter, 1962.
Jacques de Mailly au siege d'Asclon.
En 1947 empieza a definir su pintura como una “no figuración física”, definición que terminó derivando en abstracción lírica de mayor éxito entre la crítica y que Mathieu colaboró a difundir como una reacción si se quiere violenta contra la abstracción geométrica nacida al otro lado del Atlántico. Una confrontación que le llevo incluso a reivindicarse como inventor de la técnica del dripping, es decir, el goteo de la pintura sobre el lienzo, técnica muy definitoria del estilo de Jackson Pollock, pintor que pasa por el ser el auténtico padre de la criatura.

Mathieu ha sido alguna vez comparado con Dalí no en cuanto al tipo de obras generadas por uno y otro, sino por el sentido del espectáculo que caracterizó al francés y que recuerda en buena medida el que tenía el genio de Cadaqués. El caso es que Mathieu organizó en multitud de ocasiones auténticos espectáculos públicos para dos mil personas para pintar en directo cuadros de grandes dimensiones en el menor tiempo posible, en una suerte de acciones en las que el acompañamiento musical y la coreografía generada en torno a la obra, termina originando una suerte de obra de arte total con una parte efímera en contraste con la materialidad del cuadro final.

Tenebres deserts.
Obras a las que gusta de titular con nombres de sucesos históricos reales, como nombres de batallas, lo que ha hecho que alguna vez se le haya definido como “pintor de batallas”, tomando en cuenta los títulos de los cuadros pero también la impresión de que los lienzos se convierten en auténticos campos de batalla entre el artista y sus propia inspiración, su propio momento creativo, e incluso la interacción con el ambiente. En los años 50 fueron muy populares los shows televisivos en los que se retransmitían en directo las acciones pictóricas de Mathieu.

Tanysiptere.
En sus continuos viajes terminará por entrar en contacto con la caligrafía oriental, un elemento que dejará una huella muy visible en los lienzos del francés, generando unas obras de gran lirismo, de líneas sutiles trazadas sobre grandes superficies monocromas. Incluso mezclando los elementos se acuñó la expresión de “coreografía caligráfica”.


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martes, 19 de junio de 2012

Eva al desnudo. Diálogos.


- Fanáticos de los autógrafos. No son gente. Son bestias, manadas de coyotes.
- Son tus fans.
- No son fans de nadie. Están mal de la cabeza.

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El teatro. ¿Dónde pone que el teatro exista solo en los feos edificios apiñados en dos kilómetros cuadrados de Nueva York? ¿O de Londres, París o Viena? Escucha, jovencita y aprende. ¿Quieres saber qué es el teatro? Un circo de pulgas. También es ópera, y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales indias, guiñol, un hombre orquesta: todo es teatro. Donde haya magia, fantasía y público, hay teatro. El Pato Donald, Ibsen, y el Llanero Solitario, Sarah Bernhardt y Poodles Hannefor, Lunt y Fontaine, Betty Grable, Rex el caballo salvaje, Eleonora Duse: todo es teatro. No los entiendes a todos. No te gustan todos. ¿Por qué ibas a hacerlo? El teatro es para cualquiera, incluida tú, pero no en exclusiva. Así que no lo apruebes, ni desapruebes. Quizá no sea tu tipo de teatro, pero, en algún sitio, para alguien lo es.

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Es solo que hay tanta tontería en este camerino de cristal al que llaman teatro que a veces se me atraganta.

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Los ancianos estadistas del teatro y del cine aseguran al público que los actores son gente normal, ignorando el hecho de que su mayor atracción para el público es su total falta de parecido con los seres humanos normales.

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- Todos tenemos en común la anormalidad. La gente del teatro somos un mundo aparte del resto de los mortales. Somos las primeras personalidades desplazadas.
- No estoy de acuerdo, Addison.
- Esa es tu anomalía particular.
- Sí, hay una cierta excentricidad en el teatro. Se nota enseguida, lleva focos y un orfeón. Pero no es básica, no es estandar. Si lo fuera el teatro no sobreviviría.
- ¿Qué decías?
- El 90% del teatro es trabajo. Trabajo duro: sudor, aplicación y destreza. Para ser un buen actor, o lo que sea, en el teatro debes quererlo más que a ninguna otra cosa. Exige concentrar el deseo, la ambición y el sacrificio como ninguna otra profesión. Y el hombre o la mujer que acepta esos términos no puede ser ordinario. Dar tanto por casi siempre tan poco.

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Aunque no haya nada más, está el aplauso. He oído los aplausos de la gente desde bastidores. Es como olas de amor que llegan sobre las candilejas y te envuelven. Imagíneselo: saber cada noche que cientos de personas diferentes te quieren. Sonríen, les brillan los ojos, los has complacido. Te quieren. Son tuyos. Solo eso vale cualquier cosa.

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Es curiosa la carrera de una mujer. Las cosas de las que te deshaces para ir más rápido. Olvidas que volverás a necesitarlas cuando vuelvas a ser una mujer. Esa es la carrera que todas las mujeres tenemos en común, nos guste o no. Ser mujeres. Antes o después, debemos poner gran empeño en ello. Da igual qué otras carreras hayamos tenido o deseado. Y bien considerado, nada sirve de nada a menos que puedas alzar la mirada antes de cenar o dar media vuelta en la cama y verlo ahí. Sin eso no eres una mujer. Eres una oficinista de provincias o sales en todas las revistas, pero no eres una mujer. Cae el telón. Fin. 

domingo, 17 de junio de 2012

Jacques Dupin


El prisionero

Tierra mal abrazada, tierra yerma,
contigo comparto el agua helada de la jarra,
el aire de la reja y el camastro.
Sólo el canto insumiso
se vuelve más pesado aún con tus gavillas,
el canto que es guadaña de sí mismo.
Por una grieta en la pared,
el rocío de una sola rama
nos devolverá todo el espacio vivo,
estrellas,
si tiráis de la otra punta.

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La alianza

¡Este lodo se secará!
Viendo la grieta de la tinaja, el estremecimiento de mi dolor en su ganga, sé
que vuelve el viento.
¡El viento que se dispersa y el viento que reúne, el incomprensible, el vivo! Ya
no dormiremos. Ya no dejaremos de ver. De alimentar el fuego.
¡Oscuro horizonte! Sólo arde el canto de un libro– cuando me aparto.

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La inicial

Polvo fino y seco en el viento,
te llamo, te pertenezco.
Polvo, rasgo por rasgo,
que tu rostro sea el mío,
inescrutable en el viento.

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La ola calcárea y la blancura del viento…

La ola calcárea y la blancura del viento
Atraviesan el pecho del durmiente
cuyos nervios inundados palpitan abajo
y sostienen los jardines espaciados
y apartan las espinas y prolongan
los acordes de los instrumentos nocturnos
hacia la comprensión de la luz
y de su destrucción.
su pasión bifurcada en el yunque
respira
como el trueno
sin alimento ni vino entre los enebros
de la pendiente y el desbarrancadero le insufla
un aire oscuro
para compensar la violencia del lazo

miércoles, 13 de junio de 2012

Salvador Cidrás, identidad en construcción



La culpa del ojo, 2007
“Me interesa el conflicto que surge en un joven cuya vida gira en torno a conseguir dinero para divertirse el fin de semana sin un claro sentimiento afectivo hacia el entorno”.

“Las imágenes –apunta el artista- responden a instantes en que la actitud del retratado es en unos casos de presencia arrogante, de erotismo forzado e ingenuidad. Todas me interesan como imagen del mito de la eterna adolescencia, de valor de la juventud (…) El tratamiento y uso que doy a la imagen se equilibra entre la abstracción y la figuración, oposición también entre la imagen en positivo y negativo, lo natural y los artificial”.

“En mi trabajo profundizo sobre las cuestiones relativas al joven adolescente, su apariencia física como referente de la cultura popular, el ocio y forma de pasar el tiempo. Imágenes ambiguas en las que se pulsiona arrogancia-vulnerabilidad, imitación-deseo, rituales-grupo, identidad-apariencia. El resultado explora las cesiones e imposiciones del escenario capitalista actual”.

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“Cidrás reflexiona sobre la juventud como valor, incidiendo especialmente en el universo masculino adolescente y en las relaciones simbólicas presentes en sus entornos cotidianos. El artista replantea el espacio expositivo adaptando elementos y prácticas urbanas para reconstruir los estereotipos del mundo adolescente, y explorar los aspectos narrativos que interfieren en la construcción de su identidad.”

All slaves, 2009
“Salvador Cidrás (Vigo, 1968) se dio a conocer a mediados de los años noventa con una serie de esculturas y dibujos que registraban la epidermis de la naturaleza, que prolongó posteriormente con un conjunto de paisajes (incluso urbanos) realizados sobre diseños de madera pintados con colores vivos y tintas planas.”

Debajo del neón verde, 2005
“En la actualidad, si bien algunos elementos de su vocabulario anterior apuntaban ya al momento presente, Cidrás basa su trabajo en la reconstrucción de modas culturales alternativas, reflexionando sobre determinados comportamientos sociales a través de la imagen, cuyo tratamiento y uso vienen presididos por una fuerte vocación experimental gracias a la combinación de infinidad de formatos.”


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Dos veces giro, 2009
“La pintura de Cidrás es por completo informalista, relacionada con el neo plasticismo en el que la invención de morfologías insinúa huellas dactilares, aserramientos de maderas, visiones entomológicas al microscopio. Se trata, pues, de lo insólito; de lo que la mirada no capta directamente, y es preciso idear, recrear, elaborar, pacientemente, con indudable primor, pese a la aparente despreocupación. A veces recurre a formas corpóreas, aproximándose a la naturaleza, que transforma con aportaciones mínimas, pero efectivas. En la pintura de Cidrás parece habitar un gran silencio y un absoluto reposo.”


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“Cidrás decide imponerse sobre la delicada articulación de espacios como productos analógicos en un cruce quiásmico entre sociedad y cultura, arquitectura y high design, transparencia e influencia.”

Esgazados, 2008
“Este planteamiento, no por efímero menos eficaz, viene a sugerir un espacio de “grado cero” virtual, des-ideológico, fenomenológicamente integrado, que interioriza la exterioridad: una escena confortable (no autocomplaciente, sino líquidamente nihilista) desde donde se ve el mundo. Cabe preguntarse entonces, qué hay tras estas imágenes, qué queda por recoger si el éxito de la representación es precisamente su muerte dialéctica sobre lo real, donde el poder de esa fuerza ilocucionaria del propio lenguaje sugiere precisamente otra descarnada postulación en la constitución de nuestro propio imaginario: la de escrutar la identidad de los cuerpos opacos.”


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Tres veces fallen, 2009
“La obra de Salvador Cidrás (1968) se inspira en lo que parece una fascinación por lo nuevo, lo que ya se larva en los modos de existir en la sociedad primermundista. Ello explicaría que en su trayectoria se encuentre el diseño de nuevas arquitecturas, la fijación por lo urbano y lo adolescente y sus espacios independizados al margen de los adultos. Conecta esta voluntad de pensar eso que aún no es pero sí, con la convivencia multidisciplinar de técnicas o soportes (pintura, dibujo, foto, still, vídeo, pieza, instalación…). Además, quizá puede encontrarse una equivalencia en lo incompleto de los predicados de sus obras. Cidrás no encierra sus obras en conclusiones, quedando su sentido siempre abierto al que las contempla o habita. El artista vigués propone contextos de penetración de lo nuevo, reconstrucciones que cada uno debe a su vez reutilizar a su conveniencia.”

“La visión dibujada de unos chicos a través de una valla metálica en un parque, una camiseta del grupo punk The Ramones, la tinta de ese sello que otros chicos borran de su propia piel en un vídeo hecho de equivalencias y disonancias, un somier, a su vez también valla (colocado verticalmente), hecho de pulseras metálicas con nombres de chicos grabados, dibujos de jóvenes semidesnudos, la pared de la galería como mural provisional para pintadas con plantilla inspiradas en el arte callejero, confusa, dislocada... última bala plateada. ¿El “ahora” es un algo pesimista e inquietante “ya veremos”?”

lunes, 11 de junio de 2012

Nicanor Parra


La doncella y la muerte


Una doncella rubia se enamora 

De un caballero que parece la muerte.

La doncella lo llama por teléfono 

Pero él no se da por aludido.

Andan por unos cerros
Llenos de lagartijas de colores.

La doncella sonríe
Pero la calavera no ve nada.

Llegan a una cabaña de madera,

La doncella se tiende en un sofá
La calavera mira de reojo.

La doncella le ofrece una manzana
Pero la calavera la rechaza,

Hace como que lee una revista.
La doncella rolliza

Toma una flor que hay en un florero
Y se la arroja a boca de jarro.

Todavía la muerte no responde.

Viendo que nada le da resultado
La doncella terrible

Quema todas sus naves de una vez: 

Se desnuda delante del espejo,
Pero la muerte sigue imperturbable.

Ella sigue moviendo las caderas
Hasta que el caballero la posee.


Mujeres

La mujer imposible,
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse

Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
Porque le encanta la música clásica
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja posee
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que se une sólo con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo)
La mujer que se entrega porque sí
Porque la soledad, porque el olvido...

La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señorita pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo)
Todas estas valkirias
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.


Para que veas que no te guardo rencor

Te regalo la luna
seriamente -no creas que me estoy burlando de ti: 

te la regalo con todo cariño
¡nada de puñaladas por la espalda!
tú misma puedes pasar a buscarla
tu tío que te quiere
tu mariposa de varios colores
directamente desde el Santo Sepulcro.

jueves, 7 de junio de 2012

Banks Violette, el simulacro de la destrucción


Not Yet Titled
El universo artístico de Banks Violette (Ithaca, Nueva York, 1973), se mueve dentro de un universo muy particular que tiene sus coordenadas marcadas por la música englobada dentro del término metal, con sus diferentes variantes (heavy, death…), y en los mensajes transmitidos por las letras de esas canciones, así como las reacciones provocadas por unos mensajes nihilistas que terminan teniendo consecuencias muy reales.

Untitled (Chuch) 2005.
En ese sentido, la clave de las obras de Violette, en ocasiones acompañadas por ese tipo de sonidos, está muchas veces contenida en el título de tal forma que si no se conoce bien el origen no se llega a entrar en la profundidad del mensaje que nos quiere hacer llegar Violette.

Obras que tienen que ver, por ejemplo, con el asesinato de una joven a cargo de un grupo de seguidores de una banda de música, o la quema de iglesias, la profanación de tumbas y el apuñalamiento a un miembro de un grupo de metal noruego provocados en ese país del norte de Europa.

Violette lo explica así: “Formaron bandas con la intención básica de demonizarse unos a otros. Como consecuencia, en unos cinco años se produjeron alrededor de 60 incendios criminales de iglesias, se produjeron profanaciones de tumbas y una serie de asesinatos. Todo el asunto no salió a la luz hasta que la unidad central del crimen inició una investigación a gran escala. Un miembro de una de las bandas mató a un miembro de otra banda. Su conductor, que padecía algún tipo de enfermedad mental y que era un tipo realmente interesante, básicamente fue a la policía y lo contó todo. Se convirtió así en la figura de Judas”.

Voidhanger (Twin Channel) 2006
Violencia real generada a través del mundo de ficción creado por las canciones, por la música, de tal forma que fantasía y realidad llegan a confundirse y a colisionar liberando una energía en muchas ocasiones desbordada. En esa línea, lo que nos plantea Violette es un “simulacro escultórico de destrucción” en palabras de Ben Davis, quien añade después que Violette “es conocido por hacer trabajos que ponen el acento en los lugares en los que el arte y la vida real colisionan, siempre con la referencia a la cultura del heavy metal”.

Black Hole.
Unos trabajos de presencia minimalista que se mantienen entre “una presentación abstracta y un rico contenido referencial”, de nuevo según Davis, recurriendo a la utilización de algunos de los elementos totémicos de la cultura del heavy metal como pueden ser los instrumentos destrozados, los símbolos satánicos o los espejos negros. Algunas de las instalaciones de Violette “se entienden mejor como un sincero homenaje al poder de una música de la que Violette es seguidor, un monumento al metal”, dice Davis.

Not Yet Titled (Light Sapill) 2007.
Según cita Karen Rosenberg, nuestro artista se siente atraído por la violencia algo sobre lo que “realmente trato de hablar”, al mismo tiempo que rechaza que exista algún tipo de creencia satánica detrás de sus obras y afirma que “reconozco que hay personas que tienen un interés real en ello [se refiere al satanismo], pero yo soy completamente ateo. Ese tipo de religiosidad está muy alejado de mí”.

Fuentes consultadas:



domingo, 3 de junio de 2012

Bessie Smith: “La más grande de todas las cantantes de blues del mundo. Jamás dejará de cantar”


Escojo para el titular de este artículo el epitafio que se puede leer en el mausoleo de la cantante de blues Bessie Smith (Chattanooga, Tennessee, 1894 – Clarksdale, Misisipi, 1937), cuyo fallecimiento supuso la primera de las tragedias que azotaron a la música del siglo XX, abriendo la nómica de cantantes fallecidos demasiado pronto.

Alrededor de las causas de la muerte de Bessie Smith se ha escrito mucho, se han elaborado varias teorías e incluso se ha utilizado desde el punto de vista político. Una madrugada, mientras viajaba en el coche conducido por su novio, Richard Morgan, después de un concierto probablemente en la cuidad de Natchez, sufrieron un aparatoso choque por alcance con un camión que se encontraba estacionado en las afueras de Clarksdale.

Bessie sufrió heridas de mucha consideración que la dejaron con un brazo prácticamente arrancado, varios huesos rotos y una hemorragia muy fuerte. Mientras llegaba la ambulancia, fue atendida por un médico blanco que acertó a pasar por allí camino de una cacería con unos amigos. Desafortunadamente la cantante no se pudo recuperar del shock provocado por el accidente y fallecería muy poco tiempo después.



Alrededor de este incidente se desarrolló la historia de que la cantante negra había sido rechazada en un hospital de blancos, algo perfectamente plausible en aquellos años, y de ahí la causa de su muerte, sin embargo, investigaciones posteriores demostraron que el hospital más cercano era el hospital para negros al que fue trasladada.

Eso no impidió que en 1959, Edward Albee, en los inicios del movimiento a favor de los derechos civiles que eclosionaría definitivamente en los 60, compusiera The Death of Bessie Smith (La muerte de Bessie Smith), como un himno en contra del racismo y la discriminación racial en los Estados Unidos. Un tema que si bien no parece haber tenido una incidencia directa, si se vino a sumar al ambiente general que propició que el Congreso de los Estados Unidos aprobara la Carta de Derechos Civiles.

La muerte de Bessie Smith con solo 43 años de edad, fue el episodio final de una vida marcada por la pobreza, el alcoholismo, la soledad, el desengaño y, como no, por el blues. Un estilo musical que Bessie empezó a escuchar por las calles de Chattanooga por las que a los siete años deambulaba cantando por las esquinas mientras mendigaba. Y es que la vida no era fácil para la octava hija de una familia pobre.



La suerte cambió cuando, a los nueve años, una de las más conocidas cantantes de los circuitos de música para negros, Ma Rainey la escuchó y la convenció para irse con ella e iniciar su carrera musical. La familia no puso muchos impedimentos, tal vez pensando que así se libraban en casa de tener que alimentar a una boca más, y Bessie empezó una andadura que la llevó a colocarse como la más grande intérprete de un estilo musical que si bien tiene muchas “reinas” en su particular Olimpo, solo tiene una “emperatriz”, título que le corresponde en exclusiva a Bessie Smith.

Con 17 años se producirá otro encuentro determinante en la carrera de nuestra cantante y que no es otro que el que tuvo con Frank Walker, responsable de que Bessie se trasladara a Nueva York para grabar la primera de las 160 canciones que la cantante dejó para la historia. Ese primer tema no fue otro que Down Hearted Blues, un tema a partir del cual, como escribe Ramón del Solo, “el mundo del jazz y del blues no volvería a ser el mismo”.

Efectivamente, la voz de Bessie Smith era tan poderosa y ella aprendió a controlarla tan bien que se dice que siempre se negó a utilizar micrófonos en sus actuaciones y que incluso prescindía de la batería para ser ella misma quien marcara el ritmo a sus músicos de acompañamiento. A su lado tuvo a los mejores músicos del momento como un joven Louis Armstrong, Coleman Hawkings, Charlie Green, Chu Berry, entre otros muchos.

La vida de Bessie Smith vino marcada por el alcohol, una bisexualidad nunca escondida, y un dolor por el sentimiento racista que se vivía en un Estados Unidos que si bien había tenido una larga guerra civil para terminar con la esclavitud, al final eso fue sustituido por una pretendida supremacía blanca especialmente patente en los estados del sur de los Estados Unidos.

De carácter difícil era propensa a los ataques de ira cuando no conseguía algo cuando se le antojaba y llegó un momento en el que su cotización bajó al no poder estar seguros los promotores de que Bessie Smith iba a estar el día comprometido sobre el escenario. La Gran Depresión tampoco sirvió para hacer las cosas más fáciles.



Sin embargo, de ella se dice que nunca olvidó el lugar del que había salido y las condiciones en las que había desarrollado su infancia, y de ahí que fundara un asilo para indigentes y nadie que acudiera a ella para pedirle dinero se iba con las manos vacías.

Sus grabaciones le proporcionaron pingües ingresos que la cantante dilapidó hasta encontrarse con problemas que la hicieron volver al circuito de clubes de blues por el sur del país. Sin embargo, y ahí está la paradoja, según fueron pasando los años y su vulnerabilidad se hizo más patente su voz más profunda era, mayor el alma que ponía en cada canción, en cada frase capaz de contener una historia completa, poniendo encima del escenario o en el estudio de grabación toda la emoción de la que era capaz, y era mucha.

El blues y el jazz cantado tiene un antes y un después de Bessie Smith, incluso algunas de las más grandes voces como Billie Holliday, siempre se consideró discípula de Bessie Smith. Años más tarde, sería Janis Joplin la que reivindicara su figura y se horrorizaría al saber que la “emperatriz” había sido incinerada y enterrada en una lápida sin nombre. Puso en marcha una colecta para construir un mausoleo adecuado a la grandeza de Bessie Smith, la mujer que “jamás dejará de cantar.

Fuentes consultadas: