domingo, 21 de abril de 2013

Buddy Bolden: el barbero que inventó el jazz



La música, el alcohol y las mujeres, y no estoy muy seguro de que ese sea el orden de factores correcto, fueron tres claves definitorias de la vida y de la música de este barbero de Nueva Orleans nacido en 1877. Tres factores que además se unieron a su carácter pendenciero que le trajo problemas con la ley y una forma de tocar la corneta absolutamente única y capaz de impactar de una forma muy poderosa el alma de los espectadores.

Al menos ese es el recuerdo que queda en las crónicas escritas y en los libros de los historiadores del jazz, toda vez que de Buddy Bolden no ha quedado ningún tema grabado, y eso es así porque su carrera se desarrolló con anterioridad a la expansión de la industria discográfica, y su muerte le llegó, olvidado por todos en una institución mental de Jackson (Louisiana), en 1931, en el momento de explosión de las grandes bandas de swing de las que Bolden también había sido el precursor.
En los barcos que recorrían el Misisipi, los negros y criollos que durante el día ejercían todo tipo de oficios, por las noches se convertían en improvisadas bandas musicales que amenizaban la travesía a los viajeros. Ese y los tugurios de la ciudad de Nueva Orleans, fueron los escenarios que vieron el paso de un Buddy Bolden que pronto pasó de ser conocido como “Kid” Bolden a ser “King” Bolden.



El rey de la noche, capaz de tocar el blues de la forma más lenta, de sacar de su corneta unos sonidos que nunca antes se habían escuchado, con un timbre y una potencia desconocidos, a lo que unía su voz portentosa, para crear una atmósfera que ya se ha convertido en mítica, hasta el punto de que es muy difícil ya separar la realidad del mito. Por supuesto los distintos tipos de desfiles, funerales y el Mardi Grass, eran citas ineludibles para nuestro músico de hoy.

Entre 1890 y 1895 toca en distintas bandas, incluso de forma simultánea, aunque probablemente la más conocida sea la que reunió a William Warner o Frank Lewis al clarinete; Willy Cornish (trombón); Borck Mumford y su guitarra; James Johnson al bajo; y Cornelius Tillman o McMurray, a las baterías.


Los historiadores del jazz suelen señalar que Bolden sería una influencia decisiva en músico como “King” Oliver, “Bunk” Johnson, y un joven al que apenas si nadie hacía caso en la ciudad que respondía al nombre de Louis Armstrong. En el repertorio de Bolden tenían cabida los temas populares de baile tocados al modo ragtime y blues. La influencia de Bolden se trasladaría después, en lo que toca a la introducción de la improvisación en los desarrollos musicales, a grupos como la Original Dixieland Jazz Band, el grupo que grabó el primer disco de jazz de la historia.

De forma paralela al aumento de su fama como músico, lo hacía su afición al alcohol y a las mujeres, lo que le llevó a una espiral que finalmente se desencadenó en forma de brote psicótico durante un desfile en el año 1907. La familia decidió entonces internarlo en una institución mental en la que permanecería durante sus últimos 24 años de vida, lo que hizo que la fama que había ganado durante los años anteriores cayera en el olvido.

A su muerte fue enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio destinado a los pobres, y solo en 1998 se colocó una lápida en su recuerdo aunque su tumba nunca se ha podido encontrar. De los temas musicales que le dieron fama únicamente se ha conservado uno, el Buddy Bolden’s Blues de la mano de otro grande, Jelly Roll Morton.


3 comentarios:

PACO HIDALGO dijo...

Otro personaje fundamental de la historia del jazz poco conocido. Me ha gustado leer su vida disoluta y escuchar su música. Abrazos, Alfredo.

balamgo dijo...

Una historia muy ilustrativa y muy interesante.
Un abrazo.

Alfredo dijo...

PACO: Casi parece que para ser un genio en el mundo del arte hay que tener una vida, dicho suavemente, desordenada. Sin duda, todo un personaje.

Un abrazo!

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BALAMGO: La pena es que su música se ha perdido, porque el legado podría haber sido muy importante.

Un saludo!