jueves, 25 de julio de 2013

Roger McGuinn, el hombre que sueña con preservar el folk



Es posible que si no se es muy aficionado a la música norteamericana, el nombre de Roger McGuinn no nos diga mucho, como reconozco que era mi caso poco antes de ponerme a escribir este artículo. Sin embargo, si hablamos de The Byrds la cosa cambia un poco y más si añadimos los nombres de los temas Mr Tambourine Man o Turn! Turn! Turn!, dos temas que forman parte de la memoria musical de millones de personas.

Dos temas que deben mucho al talento de Roger McGuinn, un guitarrista y compositor que debe su vocación musical a un hecho puramente casual. El propio McGuinn ha explicado alguna vez que un día que se encontraba andando en bicicleta cuanto tenía 13 años, acompañado por una radio escuchó el Heartbreak Hotel de Elvis Presley.



Ahí le vino la necesidad de empezar a tocar la guitarra y el banjo en su Chicago natal, primero en el instituto y luego en el recién abierto Old Town School of Folk Music, donde recibió las enseñanzas que le servirán para poner la base de su posterior estilo eminentemente personal.

En su forma de tocar destacan dos aportaciones originales a la forma de tocar la guitarra. La primera denominada jingle-jangle, es decir la generación de arpegios tocando la guitarra como si fuera un banjo, y la segunda la relacionada con la forma de tocar del saxofonista John Coltrane en Eight Miles Away.

Esas dos técnicas las trasladó McGuinn a la guitarra de doce cuerdas, dando origen a la peculiar forma de entender el instrumento de este músico cuyo estilo está arraigado en el folk con influencias roqueras. De hecho fue uno de los primeros en preocuparse por la influencia que podían tener los Beatles, después de su primera gira por los Estados Unidos, en la música folk norteamericana, y durante un tiempo incluyó temas de los británicos en sus conciertos.



Sus relaciones con grandes figuras del folk de su país, tales como Simon y Garfunkel, Bob Dylan o TomPetty, por citar solo tres, hablan a las claras del tipo de música que ha venido caracterizando a McGuinn especialmente después de concluir su relación con The Byrds, un grupo con una fuerte identidad musical y que ha dejado canciones irrepetibles.

Las canciones de McGuinn, un hombre que afirma que la Biblia es el libro que más ha influido en su vida, desprenden optimismo, a ratos teñido de nostalgia, probablemente salido de viejos recuerdos sobre los que asentar la memoria y, desde ahí, tener una lanzadera para seguir caminando en pos de los sueños, de la vida, de las razones de cada cual para continuar adelante.

El caso es que sus temas forman una banda sonora capaz de acompañarnos en todo momento, en cualquier momento del viaje vital por carreteras que a veces nos conducen a destinos inciertos, pero no importa porque sabemos que como compañera de viaje llevamos esa magia que solo la música tiene, y a la que es inútil resistirse. Ríndanse y disfruten.


Más información: Blogs El País, Wikipedia, Oprah.

3 comentarios:

Natàlia Tàrraco dijo...

Disculpas amigo por mis ausencias, sigo mejorando muda pero menos. De baja y sin playa de momento.

Nunca morirá la música folk esa que desde la adolescencia canturreábamos con Pete Seeger. Mc Guinn le añade gotas rock, jazz...buena mezcla, agradable música.
Besitos y gracias por tus desvelos.

balamgo dijo...

Buena música!
Feliz verano!
Abrazos.

Alfredo dijo...

NATALIA: Nada que disculpar, lo más importante es la recuperación y lo demás es accesorio. Me alegro de que las cosas vayan evolucionando por el camino correcto. Espero que esta música te haya ayudado siquiera un poquito :)

Un abrazo enorme!!

*******

BALAMGO: A mí también me lo parece, y más para estos tiempos de chunda chunda por todos lados.

Un abrazo!