martes, 19 de mayo de 2015

1864, el año el que Dinamarca se fue a la guerra




Magnífica serie de ocho episodios la que nos regala la televisión pública danesa, estrenada aprovechando el 150 aniversario del hecho histórico, que no es otro que la guerra entre Dinamarca y Prusia por el domino de los territorios de Schleswig Holstein, en un momento en el cual los prusianos, con Bismarck y Moltke al frente de los ejércitos del Kaiser Guillermo I, estaban dando forma a la potencia militar germánica previa a la definitiva unificación alemana.


Unos años antes, los daneses habían logrado una victoria militar sobre el mismo territorio, aunque desde el punto de vista político no se alcanzó el mismo éxito, y eso les animó a incluir dentro de su constitución la anexión de ese territorio ya de lengua y cultura germánicas. Esa situación provocará la reacción prusiana y la inevitable guerra.


Un conflicto que, como muy bien cuenta la serie, estuvo alimentado por un nacionalismo ciego, con un presidente y predicador, Monrad, con antecedentes de problemas mentales, al que elevan a la categoría de visionario, y con el apoyo de las élites políticas, financieras y culturales, no dudará en lanzar al país a una guerra que no tenía ninguna oportunidad de ganar.


A través de dos hermanos, Peter y Laust, iremos viendo como la alegría de la vida de trabajo duro en un campo lleno de luz, de alegría, de fiestas de la cosecha, se va a convertir en una experiencia primero vivida como una aventura y devenida después en profunda pesadilla, después de la cual ya nada volverá a ser lo mismo, ni las personas, ni la sociedad danesa ni nada de nada.


Hermanos enamorados de la misma mujer, Inge, y esa situación, junto con la guerra, aportará grandes dosis de dramatismo a la historia, en algunos momentos comparables a los grandes dramas decimonónicos, que no hace más que dar más lustre a una gran historia capaz de atrapar tanto por las relaciones entre los personajes como por la forma de contar los aconteceres bélicos, con un nivel comparable al de cualquier superproducción cinematográfica. Tanto es así que no falta quien la compare con grandes series bélicas como Hermanos de sangre, The Pacific o Hijos del Tercer Reich, comparación a mi modo de ver muy acertada.



La parte histórica se une a una historia contemporánea, entre una joven problemática que coquetea con la delincuencia y un anciano dependiente al que empezará a cuidar. A través de la lectura de un antiguo diario, ambos irán descubriendo partes de sus propias historias personales, a través de un relato de un conflicto tan absurdo como la presencia de tropas danesas en Afganistán, siguiendo el paralelismo que de forma sutil se establece entre ambos aconteceres en la propia serie.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Avishai Cohen: “Creo que el ritmo es la razón más fuerte por la cual soy músico”



Para redactar este artículo he utilizado fragmentos de la entrevista concedida por Avishai Cohen (no confundir con el trompetista del mismo nombre) a Marta Ramón, publicada en la web allaboutjazz.com. La redacción original es en inglés y la traducción es propia.

[La inspiración] “la encuentro en la misma vida, estando abierto y atento a todo lo que es auténtico o lo parece. Son muchas las cosas que me afectan, incluso el sonido de la ciudad y su cierto sentido del ritmo. (…) El ritmo siempre ha sido una cosa importante para mí, supongo que soy una persona rítmica (…)”

“El ritmo en sí mismo es una forma de expresión y comunicación muy poderosa. Creo que el ritmo es la razón más fuerte por la cual soy músico y, por supuesto, luego están la melodía y la armonía que lo recorren todo”.

“Creo que soy un músico universal en el sentido de que toco por todo el mundo, y eso probablemente me convierte en universal. Para mí la música es la manera más cercana expresar la verdad o eso que está en la naturaleza. (…) Tengo una admiración profunda por la música porque es capaz de transmitir de una forma como ninguna otra cosa es capaz de hacerlo. Con la música expreso cosas que no puedo transmitir de otra forma. La música va más allá de las personas y más allá de cualquier otra cosa que yo conozca”.


“Probablemente tiene que ver con el hecho de que mis padres tienen un amor natural por la música, y eso me permitió crecer en un buen ambiente, pero hay algo personal en la música que no puedo explicar, que me hace sentir bien y que recibí como el mayor regalo de mi vida. Puede haber gente que piense que esto es una locura, por supuesto, pero tiene que ver con la belleza, algo así como dios. Yo no creo necesariamente en dios de una manera tradicional, pero sí creo que la música está próxima a dios para mí, como naturaleza. La música está más allá de cualquier cosa que yo pueda explicar, como ocurre con la idea de dios supongo. No puedo explicarla realmente, no puedo tocarla de una forma real, no te pertenece a ti porque le pertenece a todo el mundo. Eso es la música para mí y estoy muy feliz de formar parte de ello”.

“Vengo de la tradición del jazz, esto supone que soy un espíritu libre, me gusta ser libre y me gusta expresarme libremente. (…) Tengo la necesidad de improvisar y de salir de la caja, y el jazz es la forma artística más excepcionar para un músico. Desde que era joven quería sentirme libre y por eso empecé con el jazz. Incluso a pesar de estar muy influido por la música clásica, el pop y el folclore de muy diversas maneras, como algo creado por culturas diferentes ha sido una inspiración muy fuerte para mí como individuo. El jazz abraza diferentes idiomas, más que cualquier otro estilo musical, y ofrece caminos muy diferentes y eso creo que es muy bueno (…)”.

“Escribo música con la intención de inspirar a los músicos que tocan conmigo, porque ellos son una parte fundamental del éxito de la música, la música no solo depende de mí, en que escriba una bonita canción, eso no es suficiente para mí. Yo quiero ir al siguiente nivel, ese en el cual tocas tu música con otros músicos que la interpretan a su modo y, en ese sentido, me siento muy afortunado, porque así la música es mejor que si solo se limitaran a tocarla”.



“Creo que llegas a tu propio sonido cuando tocas tu instrumento por primera vez en tu vida, antes de que sepas que tienes tu propio sonido. Yo siempre estoy tratando de aprender, de ser mejor, pero creo que mi sonido es instintivo y distintivo desde que empecé a tocar, porque durante toda mi vida ha estado influido por la música y por los músicos”.


Más información: Wikipedia, Nestor Minsk [en], ABC.